jueves, 12 de noviembre de 2009

FLORENCIA 2ª PARTE

Despues de salir del Duomo nos acercamos a la Piazzale del Mercato a ver, pues el mercato, para hacer tiempo y hambre, ya que lo proximo era el gran almuerzo en el Za-Za. Comprobamos que un mercadillo es lo mismo en italia que en España y que en la tierra media, la globalizacion ha hecho que el top manta este en todos sitios, y los puestos de ropa pirata, prendas de cuero de dudosa calidad, y sobre todo, camisetas souvenirs, se parezcan unos a otros tanto como dos cerillas.

Asi que nos aburrimos bien pronto de esta saturacion de merchandising cutre y unicamente enfocado al turista (ya no hay nada propio ni artesano, todo es una mierda) y nos vamos a ocupar nuestra mesa previamente reservada, aun quedaban 20 minutos para la hora, pero que mas da, el hambre nos acuciaba.

Pedimos sendas birra moretti de 66 cl., mara una parrillada de carne, compuesta de cordero, pollo, cerdo y ternera, y nosotros por supuesto el Bistecca a la Fiorentina, que para el que no lo sepa es un pedazo de carne de manzo (buey) gordo como un diccionario y del tamaño que tendria una piedra en el riñon del gigante verde, si existiera. Normalmente suele oscilar entre 700 gr una pieza y 1 kilo y medio si te pides lo que podriamos denominar "el grande". El kilo estaba a 45 euros y en la cuenta fueron 54, asi que calculo que seria algo mas de un kilo lo que nos comimos entre gustavo y yo.
He aqui las fotos de la orgia:










Tras la copiosa comida, llamamos a Franco (si recordais, nos lo encontramos camino de gerona en su BMW R850RT) y quedamos con el a las 19:00 horas en la plaza del Duomo. Decidimos que nuestros cuerpos merecen un descanso y enfilamos hacia el sheraton para dar cuenta de una merecida siesta.

Tras el sueño reparador acudimos al punto de encuentro con Franco y su esposa, los cuales nos dieron un paseo por toda la plaza de la Signoria y los exteriores de la galeria de los Uffizi explicandonos con detalle la historia de los Medici en esta ciudad y como su opulencia era casi un insulto al sentido comun, pasando por el Ponte Vecchio y la majestuosidad de su presencia.

Pasamos al otro lado del rio para ver lo que se podria denominar como la zona de bares del centro de Florencia, anduvimos mucho, y nos cansamos, asi que nuestros gaznates y estomagos reclamaron lo que toca a esas horas intempestuosas de la cena.
Se supone que si le tocas el morro al marrano este, volveras a Florencia.

Decidieron llevarnos a un restaurante cercano a su casa, lo que podria ser a ellos lo que el Mudras o el Meson Castilla para nosotros: su segunda casa.
La cena fue distendida en conversacion y excelente en cuanto a lo que gastronomia se refiere, tomandonos nuestras cervezas enormes y bien frias y nuestros correspondientes limoncellos. Al final nos hicieron rebaja en la cuenta (lo que tiene ir con Vips).
Nos despedimos de nuestros anfitriones fiorentinos con la promesa de que si pasan por Almeria, les acogeriamos con el mismo entusiasmo que ellos a nosotros. No obstante ellos tienen una casa en Marbella a la que suelen ir regularmente.
Al siguiente dia partiamos hacia la ultima etapa de nuestro viaje, atravesando la Toscana, pasando por Siena, hasta Roma, donde permaneceriamos 3 noches y desde donde volveriamos hacia España en barco, pero este capitulo prefiero dejarselo a mis compañeros de viaje, ya que tambien tienen derecho a expresarse.